Ir al trabajo, acudir a clase, contestar las llamadas que recibimos a lo largo del día, escuchar los problemas y alegrías de nuestros seres más queridos, ayudar en las tareas a familiares, compañeros y amigos… El día tiene 24 horas que, bien repartidas, pueden dar para todo lo que tenemos en mente pero, ¿has hecho un hueco en tu agenda para aquello que te hace feliz y que consista en dedicarte tiempo exclusivamente a ti mismo?

Estamos tan acostumbrados a priorizar únicamente tareas con el fin de ser más productivos que no nos paramos a pensar en priorizarnos a nosotros mismos. Sabemos que es importante tener un pequeño espacio día a día, pero muy pocas veces lo cumplimos. De hecho, nuestro pensamiento permanece en el «ya lo haré cuando esté de vacaciones», «ya si eso luego…»…